Y para patio y para porche.
Pintarte de rojo con una franja blanca;
decorarte con estas letras y con aquellos sonidos;
amueblarte con estos brazos y con estos labios.
Dormir calientito y escuchar crujir tus huesos;
que al amanecer, la luz llegue a mí por tu mirada.
Tú me gustas para casa;
para habitarte y morir junto con tu derrumbe.