jueves, 30 de septiembre de 2010

Cinco años y medio después.

Estoy en un punto en el que ya había estado en dos ocasiones anteriores: cuando abrí este blog y cuando le escribí su primera entrada.

No. Sé. Qué. Hacer. Con. Esto.

O creo que sé qué quiero pero no cómo hacerlo, que para fines prácticos es lo mismo.

Se supone que uno viene aquí y escribe. Y estoy escribiendo pero no me gusta. Con esta, ya puedo contabilizar como 6 entradas que están en el borrador y que quizás jamás serán publicadas porque no me gusta lo que estoy escribiendo.

Tengo muchas ganas de escribir muchas cosas y me siento mucho muy apabullado al ver tremendo y mucho muy blanco cuadro de texto. Ahora mismo tengo varias ideas que en la cabeza se leen perfectas y cuando empiezo a escribir comienzo hablando del tiempo y acabo comentando sobre documentales de NatGeo. Algo no está bien.

Creo que ahora, justo en este instante y a cinco años y medio de distancia, caigo en cuenta de por qué finalmente no decidí estudiar letras, algo que añoré durante el último semestre de la prepa.
Balbucear.
Qué bonito verbo, ¿no?